Hormigón al vacío

El hormigón al vacío tiene una capa superficial extremadamente densa con todas las ventajas correspondientes, por ejemplo, una resistencia a la compresión muy alta (resistencia a la edad temprana y resistencia a la compresión final), alta resistencia a la intemperie, larga vida útil, baja contracción, casi sin riesgo de grietas, alta resistencia a la humedad del aire, costes de producción favorables. Después de la colocación convencional, se retira una parte del agua de mezcla del hormigón. Para ello, se coloca una estera de vacío (estera filtrante más estera de succión a prueba de aire) sobre el hormigón y se aspira una cantidad determinada de agua mediante una bomba de vacío. Dependiendo de la duración y de la composición del hormigón, el efecto de profundidad es de unos 10 - 20 cm.